LA VIDA Y LA MUERTE
Hemos vivido toda nuestra vida con una idea errónea de lo
que son la vida y la muerte. La
vida ha sido presentada como el tiempo que pasa desde el momento en que somos
concebidos o nacemos hasta cierto punto en el que morimos. En este
concepto, la muerte es básicamente un destino, el último paso en la vida, el
acto de dejar de vivir o estar vivo, el punto final. Pero estas ideas o conceptos
de vida y muerte no pueden ser más erróneas. No hay diferencia entre la vida
y la muerte. La una no puede existir sin la otra. La vida y la muerte están tan
entrelazadas que si las miramos muy profundamente, no podemos saber con certeza
si estamos viviendo o muriendo en un momento específico. Por lo tanto, la vida y
la muerte no son eventos separados que solo ocurren una vez. Estamos constantemente
viviendo y muriendo.
Cuando
somos concebidos o nacemos, según nos han dicho, comienza la vida. Pero
exactamente al mismo tiempo, podemos argumentar que comienza la muerte. Cada
nuevo segundo, minuto, hora o día de vida después del punto de partida inicial
es un segundo, minuto, etc. más que tenemos para vivir; de crecer y
experimentar lo que la vida tiene para ofrecer; de buscar el verdadero sentido
de la vida; de luchar por nuestro potencial como seres humanos. Pero
también es un segundo, minuto, hora o día que ya no tenemos, que nos estamos
acercando a nuestra muerte… que nos estamos muriendo. Simplemente, estamos muriendo al mismo ritmo
que estamos viviendo; o viceversa, ¡estamos viviendo al mismo ritmo que estamos
muriendo!
A medida
que avanzamos en la vida, hay eventos que refuerzan el hecho de que estamos
vivos, que nos dan vida, como viajar a lugares nuevos y emocionantes, enamorarnos,
casarnos, tener hijos, crear o descubrir cosas nuevas; trabajar apasionadamente
en algo; etc. Pero de la misma manera, hay eventos que nos quitan vida, donde
algo dentro de nosotros muere un poco, como en el caso de la muerte de un ser
querido, un corazón roto, una traición, un evento catastrófico, una enfermedad,
etc. Cuando pensamos, hablamos, sentimos y actuamos, tenemos el poder de vida
y muerte, cuál elegimos depende del pensamiento, palabra, sentimiento o acción
real que realicemos. En otras palabras, cada experiencia en nuestras vidas nos da
vida o nos quita algo de vida. ¡Eso es un hecho, y ni siquiera nos damos
cuenta! ¡Así de poderosos somos!
Pero no tenemos que esperar eventos especiales en nuestras
vidas para notar la vida y la muerte. Cada vez que comemos o bebemos, estamos
comiendo o bebiendo vida. Nos están alimentando para que podamos vivir. Y cada vez que pasamos algo de
comida o bebida, el cuerpo se deshace de algunas toxinas y desechos, que son muerte.
Cada vez que inhalamos, es vida; y cada vez que exhalamos, es muerte.
¡Así de simple! De esta forma, la salud es vida y el dolor es muerte; la risa
es vida y el llanto es muerte; el éxito es vida y el fracaso es muerte; el amor
es vida y la ira / el odio / la envidia / la culpa son muerte. Y así, podemos seguir diseminando la
vida y la muerte para seguir encontrándolas completamente entrelazadas,
completamente dependientes la una de la otra.
Permítanme
describir este proceso de vivir y morir con una imagen para que finalmente
puedan entenderlo de una vez por todas. Imagínense una línea horizontal de,
digamos, 5 centímetros. El extremo izquierdo o "A" representa ser
concebido o el nacimiento. El extremo derecho o "B" representa la
muerte, el momento cuando ocurre la muerte. Y la línea intermedia básicamente
representa lo que hemos estado llamando la vida. Ahora, si se paran en “A” y
miran hacia la derecha, pueden ver la vida o crecer, estudiar, enamorarse,
casarse, trabajar, familia, envejecer, etc., dependiendo de sus propias
experiencias personales. Sin embargo, si se paran en el punto “B” y miran hacia
la izquierda, pueden ver la muerte o perder tiempo, envejecer, perder salud, …
y morir. En resumen, la vida y la muerte son exactamente el mismo
proceso visto desde extremos opuestos.
Entonces,
¿por qué es esto importante? Es simple. Si se da cuenta de esto, o mejor, si finalmente
se da cuenta de esto, puede ser un momento crucial para usted en su vida. De la
misma manera que tenemos que prepararnos para la vida, debemos prepararnos para
la muerte. No sabemos cuánto tiempo vamos a vivir. Por lo tanto, debemos
estar preparados para morir en todo momento. Al igual que los samuráis que se preparaban para morir todos los días,
nosotros también deberíamos prepararnos para morir todos los días. En el caso
de los samuráis, era imposible rendir al máximo si tenían miedo de resultar
heridos o muertos. En nuestro caso, es imposible rendir al máximo y alcanzar
nuestro máximo potencial si tenemos miedo al dolor, al fracaso, a la traición, …
y a la muerte. ¡Uno no puede vivir al máximo si el miedo impregna la fundación de
nuestra existencia!
Si se da
cuenta de que no hay seguridad de cuánto tiempo vamos a vivir, que la vida
puede terminar en un momento dado, que la muerte puede estar a la vuelta de la
esquina, entonces puede liberarse y cambiar la forma en que vive. Dese
cuenta de que cada momento solo se puede vivir una vez; y que una vez que se ha
ido, se ha ido para siempre. No se puede volver a vivir incluso si intenta
recrearlo, independientemente de cómo se haya sentido al respecto. Entonces, si
eso es cierto, ¿no deberíamos experimentar todo como la experiencia más
importante que tenemos? ¿No deberían todos y cada uno de los eventos por los que
atravesamos ser la lección más asombrosa, independientemente de nuestra
necesidad de juzgarlos (bueno o malo)? Debemos darnos cuenta de que la vida es
demasiado corta para pasarla enojados/as, temerosos/as, odiando, tristes,
culpables, envidiando, etc. Debemos pasar cada segundo siendo lo mejor que
podemos ser, esforzándonos por explorar todo nuestro potencial y abrazando a
todos y a todo, incluyendo la vida y la muerte, como los regalos más preciados.
Abrace la vida y la muerte como una sola, como lo mismo, y vea que la vida puede ser la experiencia más hermosa. La muerte, en este contexto, no es un acontecimiento triste. Es un evento maravilloso porque es solo la liberación de las limitaciones y cadenas de la humanidad o la materialidad, permitiéndonos regresar a nuestra verdadera naturaleza, nuestra naturaleza energética y divina. Una vez que acepta la muerte, una vez que puede morir vivo, usted puede vivir para siempre sin miedo y finalmente puede esforzarse por alcanzar su potencial máximo. Es la única forma. No se puede hacer de otra manera y hay que hacerlo aquí, durante esta experiencia humana. Entonces, destruya lo que cree que Ud. es ahora (su ego con todas sus identidades) y recréese como nada, vacío puro, quietud, solo presencia, y permítase finalmente ver de qué se trata la vida por primera vez en su vida.
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Autor: Mauricio Correa
Páginas Web: rutaauno.com
Blog: p2oblog.blogspot.com
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