No Ser Suficiente
Suscríbete Gratis Naciste completo. Antes de las palabras, antes de las heridas, antes de las comparaciones, ya eras suficiente. Pero a medida que la vida fue desplegándose, el mundo te enseñó a medirte con otros, a buscar aprobación, a dudar de tu propia luz. En algún punto del camino, dejaste de ver la perfección sagrada de tu propia existencia. La sensación de no ser suficiente suele comenzar en la infancia: en el silencio de un padre, en la comparación de un maestro, en el rechazo de un amigo. Esos momentos siembran semillas de duda que crecen en bosques de autocrítica. Más tarde, la sociedad las riega con sus estándares imposibles: belleza sin defectos, logros sin descanso y la ilusión de que el amor y la pertenencia deben ganarse. Cuando tu sentido de ti mismo no está enraizado en algo más profundo, el mundo fácilmente te convencerá de que estás incompleto. Pero la sanación comienza en el instante en que miras hacia adentro, cuando dejas de pelear contigo mismo y...