Estás en peligro de vivir

Suscríbete Gratis La seguridad nos mantiene vivos… pero también puede mantenernos dormidos. Desde la infancia se nos enseña a protegernos, a evitar el peligro, a mantenernos a salvo. Y sí, cierta seguridad es esencial: nos protege del daño y nos ayuda a crecer. Pero cuando la seguridad se convierte en la meta principal de la vida, construye en silencio una prisión disfrazada de comodidad. El instinto de autopreservación corre profundo. Es antiguo, poderoso y necesario. Sin embargo, cuando gobierna cada decisión, teje muros invisibles a nuestro alrededor. Lo llamamos zona de confort : un lugar blando, familiar y cálido, pero también un lugar donde nuestro fuego se apaga, nuestra curiosidad se desvanece y nuestras alas permanecen plegadas. El miedo protege. El miedo encierra. El miedo susurra: “Quédate pequeño, quédate quieto, quédate seguro.” Y así, muchos sobreviven… pero nunca llegan a vivir de verdad. La verdad es que la plenitud de la vida comienza donde termina ...