La vida es un eterno dejar ir
Solo cuando el estómago está vacío, la comida puede ser verdaderamente saboreada.
Solo cuando el corazón está abierto, el amor puede encontrar su morada.
Solo cuando la copa está vacía, puede ser llenada.
Solo cuando la mente está en silencio, la verdad puede ser escuchada.
Solo cuando dejas ir la idea de quién crees que eres, puedes despertar a quien realmente eres.
El vacío no es ausencia, sino espacio sagrado,
el silencio donde el amor, la sabiduría y la presencia echan raíces.
Vaciarse es abrirse,
abrirse es volverse libre,
y ser libre es, finalmente, ser.
Entramos a este mundo sin traer nada, y lo iremos sin llevar nada. La vida es un pasaje, un suspiro entre la llegada y la partida. Y, sin embargo, en el camino tejemos incontables apegos, posesiones a las que nos aferramos como si fueran eternas, relaciones que tratamos de asir como si pudieran completarnos, distracciones que nos adormecen, ocupaciones que nos consumen y máscaras que usamos para convencer tanto a los demás como a nosotros mismos de quién creemos que somos.
Pero la verdad susurra suavemente: esas cosas no son tú.
Deja ir el peso de la acumulación.
Deja ir la interminable necesidad de estar ocupado, de demostrar, de alcanzar.
Deja ir los juicios que te dividen de ti mismo y de los demás.
Deja ir las comparaciones que atan tu valor a los vientos cambiantes de la opinión.
Y, sobre todo, Deja ir la imagen de quien crees que debes ser.
Porque el vacío no es pérdida, es libertad. Cuando el vaso se vacía, está listo para recibir. En la silenciosa amplitud del vacío, el alma vuelve a respirar. La quietud no es árida; está viva, fértil y luminosa.
Solo cuando liberas todo lo que no eres, toda identidad falsa, todo miedo, toda máscara, puedes despertar a lo que siempre ha estado allí: pura presencia, pura conciencia, puro ser.
Y en esa claridad descubres que no eres las posesiones que tienes, ni las historias que cuentas, ni los juicios que temes. Eres la vastedad en la que todas las cosas surgen y desaparecen. Eres el silencio entre los pensamientos, la luz dentro del corazón, el testigo eterno de la danza de la vida.
Cuando te atreves a estar vacío, descubres que ya estás lleno, lleno de verdad, de libertad, de amor incondicionado. Este es el secreto del despertar: Deja ir, para finalmente regresar a ti mismo, a tu verdadero hogar.
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Autor: Mauricio Correa
Páginas Web: rutaauno.com
Blog de Artículos: rutaaunoblog.blogspot.com
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