Cuéntale a la gente

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Esto no se trata solo de religión, se trata de quién eres cuando no dices nada.

Muchos hablan de fe, espiritualidad o creencias, pero pocos las encarnan. Las palabras pueden persuadir o dividir, pero la presencia revela la verdad. La autenticidad no son muchas versiones de ti, cambiando según las personas o las circunstancias. Es un solo ser, íntegro e indivisible, viviendo en coherencia.

Ese ser no necesita discutir ni convencer. Habla con el silencio, con una sonrisa, con la paciencia, la bondad y la compasión. Habla con el perdón, con la ternura, con el amor. Tu vida se convierte en sermón, tus actos en oración, tu presencia en mensaje.

Incluso la forma en que te paras, en que te mueves, en que miras a otro, puede brillar más que cualquier discurso. La presencia es luz, irradia sin esfuerzo.

Y la verdadera presencia nace de la humildad. Reconocer tu nada es despertar a tu naturaleza ilimitada. Cuando sueltas la necesidad de ser “alguien”, te conviertes en todo: amor sin medida, servicio infinito, luz inconmovible.

Sé agua para el sediento. Sé alimento para el hambriento. Sé una mano para el cansado. Sé un camino para el perdido. Sé una luz en la oscuridad.

No digas a la gente quién eres. Muéstralo. No expliques tus creencias. Encárnalas. Habla sin palabras. Brilla sin esfuerzo. Ama sin final. En silencio, con una sonrisa.

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Autor: Mauricio Correa
Páginas Web: rutaauno.com
Blog de Artículos: rutaaunoblog.blogspot.com

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