No permitas que tus heridas
El dolor puede tocarte, pero nunca debe definirte. Como escribió Paulo Coelho: “No permitas que tus heridas te transformen en alguien que no eres.”
Tu pasado no tiene derecho a escribir tu identidad. Lo que te ocurrió no está destinado a atraparte en el victimismo. No importa cuántas veces hayas sido herido, no dejes que tus heridas se infecten de ira, amargura o rencor.
Hay un dicho: “Si no sanas de lo que te hirió, sangrarás sobre aquellos que no te cortaron”. Demasiadas veces, son los más cercanos quienes sufren el peso de lo que aún no hemos sanado.
En Japón existe un arte llamado Kintsukuroi: reparar la cerámica rota con oro. Las grietas permanecen, pero brillan. La pieza se vuelve más hermosa por haber sido rota. Así eres tú. No importa en cuántos pedazos la vida te haya quebrado. Lo que importa es si decides quedarte roto o permitir que tu sanación te haga resplandecer.
No eres tus heridas. Eres más grande que tu dolor. Como el proverbio Zen que dice: “Los obstáculos no bloquean el camino; son el camino”. Tus heridas no son desvíos: son pasos sagrados de crecimiento.
Como escribió Rumi: “La herida es el lugar por donde entra la Luz”. Deja entrar la luz. Permite que te sane, que te guíe hacia adentro, hacia el perdón, la compasión y el amor. Porque cuando tu sanas, comienzas a sanar al mundo.
Cada pensamiento, cada palabra, cada acción es una pincelada de oro en la obra maestra de tu vida. No te rindas. No lo pospongas. Cada instante es una oportunidad para pulir, crear y brillar.
Tu vida no es solo supervivencia, es arte. Y tu mayor obra maestra eres tú.
---------------------
Si te gusta este artículo, por favor suscríbete y / o compártelo con otros a través de tus redes sociales. Tu ayuda divulgando estos mensajes es muy apreciada.
Autor: Mauricio Correa
Páginas Web: rutaauno.com
Blog de Artículos: rutaaunoblog.blogspot.com
Comments
Post a Comment