A las Mujeres

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Un homenaje a todas las mujeres

Hoy hago una pausa con reverencia en el corazón y profunda gratitud en el alma para honrar la esencia sagrada de la feminidad. A todas las mujeres—madres, hijas, hermanas, creadoras de vida y guardianas de sabiduría—esto es para ustedes. Ustedes son el amanecer silencioso que despierta al mundo y la tormenta feroz que moldea sus montañas. Dentro de ustedes habita una sinfonía de contrastes—gracia y poder, suavidad y determinación, belleza y brillantez, ternura y tenacidad, emoción e intelecto. Ustedes son la poesía misma de la vida.

En un mundo que a veces olvida la danza sagrada entre lo masculino y lo femenino, donde la división y el malentendido nublan la armonía que alguna vez conocimos—su presencia sigue siendo irremplazable. Sin su risa, su mirada sabia, su presencia nutricia y su espíritu radiante, el mundo sería un eco vacío de lo que está destinado a ser.

Ustedes son la fuerza invisible detrás de tanto que florece y prospera. Son flores, belleza, aroma y pura esencia. En su presencia, el mundo encuentra su equilibrio, su música y su significado.

A las Madres—

Ustedes son el latido del corazón de la humanidad. De su vientre brota la vida, de sus brazos nace el coraje, de su corazón emana el amor. Son el puente sagrado entre el espíritu y la materia. Sus sacrificios, a menudo invisibles y menospreciados, se convierten en los cimientos sobre los que se alzan generaciones. Su amor—desinteresado, eterno y feroz—es la fuerza más poderosa del universo. Gracias por el regalo de la vida y por ser la luz guía que ilumina nuestro camino. Gracias por llevar el peso de la creación con tanta gracia, perspicacia y humildad.

Y a las Mujeres cuyo camino no está marcado por la maternidad—

Sepan esto: su valor nunca se mide por los roles, sino por la luz que llevan dentro. Su fuerza es suya, radiante e infinita. Son las artistas del destino, las arquitectas de sueños y las revolucionarias silenciosas que transforman el mundo de formas invisibles pero profundas. Al elegir su propio camino, o ser colocadas en este camino, trascienden la biología con una fuerza y sabiduría profundas. Sus contribuciones se sienten profundamente y se aprecian por siempre.

A todas las mujeres—

Gracias por ser la belleza en el caos, la sabiduría en el ruido, el amor en el vacío. Ustedes no son solo parte del mundo—son el ritmo con el que todos danzamos. Son el aliento entre los momentos, la calma en medio de las tormentas, y la chispa que enciende incontables futuros. Que siempre recuerden su valor, su maravilla y el poder infinito que llevan simplemente por ser ustedes mismas. Las vemos, las honramos, las admiramos y nos inclinamos ante ustedes.

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Autor: Mauricio "Mao" Correa
Páginas Web: rutaauno.com
Blog de Artículos: rutaaunoblog.blogspot.com

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