A los Hombres

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Un Homenaje a Todos los Hombres

Hoy hago una pausa con reverencia en el corazón y profunda gratitud en el alma para honrar la esencia sagrada de la masculinidad. A todos los hombres—padres, hijos, hermanos, constructores de mundos y protectores de lo esencial—esto es para ustedes.

Ustedes son la llama constante que resiste la tormenta y la montaña que no se mueve. Dentro de ustedes habita una sinfonía de virtudes—fuerza y compasión, disciplina y ternura, coraje y humildad, presencia y propósito, razón y corazón. Ustedes son la arquitectura de la estabilidad y el fuego de la transformación. Son los guardianes silenciosos de la paz, los buscadores de verdad y los guerreros silenciosos que se levantan no para conquistar, sino para proteger, para hacer justicia y para amar.

En un mundo que con frecuencia malinterpreta la masculinidad o ignora su sagrada profundidad, ustedes siguen siendo esenciales. Sin su presencia, su visión, su claridad enraizada y su corazón noble, el mundo perdería su equilibrio, su rumbo, su ritmo sagrado. Ustedes son raíz y alcance, escudo y refugio. Son piedra y cielo, ancla y brújula. En su presencia, el mundo recuerda lo que significa mantenerse firme, hablar con verdad y caminar con honor.

A los Padres—

Ustedes son los guardianes del legado. De sus manos brota provisión, de su voz dirección, y de su corazón un amor silencioso y constante. Son el puente entre la protección y la posibilidad, el equilibrio sagrado entre disciplina y devoción. Sus sacrificios, muchas veces invisibles y no reconocidos, moldean el camino bajo nuestros pies. Gracias por ser la fuerza callada detrás de tantos comienzos, por mostrar lo que significa llevar la responsabilidad con gracia y liderar con un amor que no busca aplausos.

Y a los Hombres cuyo camino no estuvo marcado por la paternidad—

Sepan esto: su valor no está en los roles, sino en la verdad que encarnan y la integridad que irradian. Ustedes son mentores, visionarios, artistas del propósito y guardianes de sabiduría. Son el alma de la acción y el corazón de la presencia. Al caminar su propio camino, honran la masculinidad sagrada en su forma más pura—no como dominio, sino como servicio divino. Su luz da forma al mundo de maneras que van más allá de lo medible. Su impacto es real, y su existencia, un regalo.

A todos los hombres—

Gracias por mantenerse firmes cuando en más difícil y por ser una columna sólida en la cual todos podemos apoyarnos. Gracias por escuchar con profundidad, por sostener con presencia, por estar con las manos abiertas y el corazón valiente. Ustedes no son solo parte del mundo—son el ritmo de su resiliencia. Son la quietud en el caos, la claridad en la confusión, el pulso del coraje en tiempos inciertos. Que siempre recuerden su valor, su sabiduría y el poder sagrado que llevan simplemente por ser quienes son. Los vemos, los honramos, los respetamos y nos inclinamos ante ustedes.

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Autor: Mauricio "Mao" Correa
Páginas Web: rutaauno.com
Blog de Artículos: rutaaunoblog.blogspot.com

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