La Enfermedad de Escusas

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Hay una voz silenciosa que susurra dentro de muchos de nosotros: "No es mi culpa... no es mi responsabilidad." Esa voz tiene un nombre: escusitis. No es un término que encontrarás en libros de medicina, pero es una condición profundamente enraizada en la experiencia humana. Es una condición sutil pero persistente en la que las escusas brotan de nosotros en todas direcciones, muchas veces sin que siquiera lo notemos.

Las escusas son cómodas. Protegen nuestro ego, nos resguardan del malestar y nos evitan enfrentar nuestras propias limitaciones. Es mucho más fácil justificar, desviar o culpar, que detenerse, reflexionar y asumir la responsabilidad de lo que hicimos, de dónde estamos y en quién nos estamos convirtiendo. En lugar de sentarnos con la verdad, buscamos una justificación. En lugar de enfrentarnos a nosotros mismos, nos explicamos para evadir.

Y, sin embargo, muy en el fondo... lo sabemos. Sabemos lo que se requiere para ser una mejor pareja, padre o madre, hijo o hija, hermano o hermana, amigo, compañero de trabajo… en resumen, un mejor ser humano sobre esta Tierra. Sabemos lo que hemos estado evitando. Sabemos que el crecimiento nos llama… de manera silenciosa, paciente.

Un grano de arena al día construye una montaña. Un acto pequeño, repetido con amor, transforma una vida. Y si a esos actos pequeños les añades paciencia, amor y tiempo, el resultado es inmenso.

Pero el cambio requiere algo sagrado: honestidad, disciplina, coraje y trabajo interior. Y, sobre todo, requiere amor. Amor por lo que podemos llegar a ser. Amor por las personas que tocamos. Amor por la vida que nos espera del otro lado de nuestras escusas.

A menudo decimos: “Así soy yo” o “Que me acepten tal como soy.” Pero el crecimiento no es un rechazo de lo que somos, sino un acto de valentía. Es el despliegue de nuestro ser más profundo, aquel que ha estado enterrado bajo capas de miedo y autoprotección. En pocas palabras: "No pienses en el costo de cambiar, piensa en el precio que pagarás si no lo haces".

Existe un dicho: “Las escusas hacen fácil el hoy, pero duro el mañana. La disciplina hace duro el hoy, pero fácil el mañana”. Entonces, aquí está la receta: la pasión es el fuego, la disciplina es la base, y el amor el ingrediente sagrado. Y cuando mezclas todo eso con perseverancia y trabajo fuerte, comienzas a cocinar algo extraordinario: éxito en todo lo que toques.

Así que respira. Sé honest@, no perfect@. Sé dispuest@, no endurecid@. El mundo no necesita más escusas. Necesita seres despiertos—personas lo suficientemente valientes como para elevarse por encima de sus patrones y encarnar la verdad que llevan dentro.

Porque más allá de cada escusa hay una verdad. Más allá de tu resistencia, te espera un renacer. Y más allá de tu zona de confort… está tu verdadero potencial. No naciste para quedarte pequeñ@. Naciste para recordar quién eres. Para elevarte, sanar, caminar con amor y convertirte en una expresión viva del potencial divino que habita en ti. El camino está abierto. El momento es ahora. Y la decisión es tuya.

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Autor: Mauricio "Mao" Correa
Páginas Web: rutaauno.com
Blog de Artículos: rutaaunoblog.blogspot.com

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