La Ilusión de Control

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Todo ser humano lucha con la misma ilusión: creer que, si lo intentamos lo suficiente, lograremos que la vida nos obedezca. Pasamos los días intentando sostener el viento entre las manos, solo para quedar cansados, frustrados y vacíos.

Queremos que el mundo se despliegue exactamente como lo imaginamos: el clima, las personas, las situaciones, los resultados. Incluso nuestros pensamientos más pequeños lo revelan: “Otra vez está lloviendo”, “Hace demasiado calor”, “¿Por qué a mí?”, “Esto no debería estar pasando”. Resistimos la realidad en silencio, casi de forma invisible, y lo llamamos “normal”. Pero es esta resistencia, este deseo de control, lo que hace que la vida se vuelva tan difícil.

Olvidamos que todo lo que experimentamos ocurre dentro de nosotros. Cada sonido, sensación, pensamiento y emoción habita en nuestro interior. Puede que no podamos controlar lo que sucede afuera, pero sí podemos aprender a manejar lo que pasa dentro de nosotros. Ahí comienza nuestro verdadero poder: no en la dominación, sino en la conciencia.

Siempre habrá tormentas fuera de nuestro alcance: una pérdida, una pandemia, una enfermedad, un accidente, las decisiones de otros, las estaciones que cambian. No puedes detener la tormenta, pero puedes aprender a permanecer bajo la lluvia, y con el tiempo, a bailar a su música. Puedes proteger tu llama interior incluso cuando el viento sopla con fuerza.

Cuando nos aferramos al control, alimentamos la ansiedad y cerramos el corazón. El control no nos brinda seguridad; multiplica el miedo. Pero cuando soltamos la necesidad de mantenerlo todo unido, algo milagroso ocurre: dejamos de luchar contra la vida, y la vida deja de luchar contra nosotros.

Este momento no es una maldición, sino un espejo. Te pregunta: ¿reaccionarás desde el miedo o crecerás desde la conciencia? ¿Cerrarás los puños o abrirás las palmas y respirarás?

Aceptar no es debilidad; es la silenciosa fortaleza que nace de la confianza. Nunca fuiste creado para controlar el viento, sino para aprender a respirar con él. Cuando sueltas la ilusión del control, no pierdes poder. Lo recuperas.

Y cuando lo haces, la vida comienza a revelarte su verdadero rostro: no como algo que deba ser dominado, sino como algo que deba ser abrazado. Empiezas a ver perfección en la imperfección, armonía en el caos, lecciones en la pérdida. Comprendes que lo que llega no te está pasando a ti, sino para ti: para expandirte, para despertarte, para recordarte la inmensidad de lo que realmente eres.

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Autor: Mauricio "Mao" Correa
Páginas Web: rutaauno.com
Blog de Artículos: rutaaunoblog.blogspot.com

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